EMPEZAR CON BUEN PIE...

septiembre 07, 2007

4 TENTACIONES
...el día. Me refiero a que hay que tomarse un buen desayuno todas las mañanas para poder llegar con buen ritmo a la hora del almerzo. yo suelo incluir también, un pequeño temtempié de fruta o yogur a media mañana, así que cuando llego a casa para comer no me pego un buen atracón.

Hay un dicho que dice: "desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo".


Generalmente, tomo una o dos rebanadas de pan (aunque desde que me compré la panificadora, tomo sólo una debido al tamaño que me coje el pan), untadas de mantequilla y mermelada (la gran mayoría de las veces, casera), o con queso crema y un poco de embutido no graso como el jamón de York. Tampoco renuncio a unas tostadas untadas con un poco de ajo, salpicadas de buen oliva virgen y jamón. Siempre ibérico. Es una delicia.

En cuanto a mi bebida, me decanto más por las bebidas frías que por las calientes. Batidos de fruta natural, con o sin leche, de cacao, de vainilla... o simplemente me tomo una buena taza de té (éste bien caliente), para que me ayude a despertarme en esos días en los que parece que Morfeo se resiste a dejarte.

El desayuno de hoy incluía un delicioso pan blanco cremoso con semillas de amapola.



Pan blanco cremoso con semillas de amapola

Ingredientes
480 gr de harina de fuerza
150 gr de masa madre
300 ml de leche tibia
2 gr de levadura seca de panadería
1 cucharadita de sal
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de aceite de oliva
1 cucharada de lecitina de soja
3 cucharadas de semillas de amapolas
Elaboración
Poner los ingredientes en el orden especificado en la panificadora.
Programar la máquina: Pan básico, corteza light, tamaño grande.
Iniciar el programa.
Cuando la máquina emita unos pitidos (generalmente unos 5 minutos antes de terminar el segundo amasado), añadir las semillas de amapola.
Dejar que concluya el programa.
Sacar del molde y dejar enfriar en una rejilla.
Cortar en rebanadas una vez que el pan esté frío por completo.

Si se quiere se puede congelar, separando de dos en dos las rebanadas o en la cantidad que se quiera, envolviendolas en papel film de cocina y metiéndolas luego en una bolsa de congelación. De esta manera, sólo hay que sacarlas del congelador y descongelarlas en la tostadora para disfrutar del pan recién hecho.